miércoles, 10 de junio de 2009

Capítulo 8

Aquí estoy de nuevo un día más para contaros que tal me va. Vaya hoy las rimas salen de mi sin mi querer y reboso inspiración por los poros de mi piel. Vale este último lo he tenido que pensar, pero juro que la primera frase me ha salido sin más. Bueno vamos al lío. No, no he vuelto a quedar con Miguel Ángel, simplemente es una expresión. El caso es que hoy he tenido examen. Aunque ahora mucho os preguntéis que cuando he estudiado si he estado quedando con unos y con otros todo el fin de semana, en mi defensa he de decir que he estudiado el resto del tiempo como una loca.

Hoy lunes llego al instituto como cualquier otra chica de mi edad. Como una zombi en medio de una marea de muertos vivientes que intentan llegar a un sitio dentro de una película de terror. ¿Habéis visto alguna película de Resident Evil? Pues más o menos así. A las ocho de la mañana solo somos humanos que están demasiados dormidos como para poder pensar y mucho menos como para reaccionar ante cualquier situación. Ya puede estallar una bomba al lado nuestro que salimos en orden y sin prisa.

Cuando consigo llegar hasta mi clase (está muy lejos de la entrada del instituto, por lo menos hay cinco pasillos y una escalera que subir para llegar) la gente empieza a despertar. La tensión comienza a notarse en el ambiente a medida que la gente comienza a despertar de su letargo. En apenas unas horas tendríamos un examen importante. En el fondo es uno que no nos interesa mucho, pero como solo hacemos uno cada tres meses de esa asignatura, si lo suspendes automáticamente te vas a la recuperación. Es una de las pocas asignaturas en la que la recuperación tiene a más gente presente que en el examen parcial. Pero eso es otro tema. Había un detalle muy importante del que no me había percatado hasta ese momento. ¡Miguel Ángel no estaba! ¿Estaría malo? ¿Sería muy cantoso que me presentara en su casa para saber que tal estaba? Pero claro, todo no podía ser así de fácil. Tampoco estaba Belén. No está Belén, no está Miguel Ángel y tenían la casa libre (o por lo menos ayer por la tarde y noche la tenían). Blanco y en botella. ¿Cómo podía haber sido tan tonta? Ahora solo debía concentrarme en repasar para el examen que tenía en un par de horas, porque si pensaba en alguna de mis teorías la sangre empezaría a hervir y no sería bueno para mi salud. Mañana, cuando haya aclarado mis pensamientos seguiré contándoos. Adiós.

No hay comentarios:

Publicar un comentario