lunes, 31 de agosto de 2009

Capítulo 66

¡Hola a todo el mundo wapísim@s! Qué bonita es la vida, ¿verdad? Si, lo reconozco, soy feliz. A pesar de la crisis, las guerras, el hambre en el mundo, otra posible edición de Gran Hermano y todos los demás males del mundo que existan, y soy feliz porque yo estoy en Valencia. Tras muchos nervios, muchas horas de espera y más de cuatro horas de viaje he llegado por fin a la ciudad. Como era de esperar, el revuelo a la llegada del hotel ha sido importante. Creo que el recepcionista cuando nos ha visto llegar gritando a todos se ha desesperado un poco, como si le hubiésemos quitado las ganas de vivir. ¡Era de esperar! Pero bueno ya estará acostumbrado (y si no me da igual), así que pasemos a hablar de lo importante. El caso es que estoy en la sala de Internet del hotel (obviamente no me he traído el portátil a la playa) y como no tengo mucho tiempo hoy os contaré como ha sido el viaje de ida y ya mañana os contaré que tal el primer día por aquí.

¿Por dónde empezar? Veamos. Bueno, os cuento todo y punto. Dormir no dormí nada aquella noche. Los nervios por irme de allí no me dejaron. Me sentía como un perro enjaulado sin poder salir de la ciudad. Después de toda una mañana conectada al Tuenti colgando mensajitos tontos sobre nuestra marcha a Valencia, fui a comer con Rubén, Cris y Dani. Con el etómago lleno de comida basura nos dimos una vuelta hasta las cinco de la tarde más o menos y nos volvimos a casa a por las maletas. A las seis ya estábamos todos los chavales del curso frente a un autocar en la puerta del instituto escoltados por una manada de cuarentones y cincuentones obsesionados por la seguridad interna, también denominados padres por antiguas tribus. Tras las típicas despedidas el bus arrancó en un mar de gritos de adolescentes sobrehormonados y una marea formada por los brazos al alza de los padres despidiéndose mientras veían partir a sus hijos hacía un destino sin autoridades en el que reinará la anarquía a nuestra llegada (por aquí, lo que se dice caso, no hacemos mucho la verdad). Tras calmarnos y dejar de gritar (como a los cuarenta kilómetros aproximadamente) el conductor puso música. Por desgracia nuestros discos que habíamos preparado para el viaje habían quedado olvidados en una maleta, así que nos pusieron un curioso medley de canciones del verano. Todos modernos eso sí. Tenía los últimos éxitos de los últimos años. “Soy minero”, “El venao” y “Follow the lider” son solo alguno de ellos. Si, al principio yo también pensé que era coña, pero no.

El viaje en general fue largo. Nos lo pasamos bien la verdad, pero cuando escuchas durante más de una hora la misma canción (que por cierto era la de “El venao”) como que te cansas un poco, sobre todo si cada vez que dicen el título de la canción oyes como la repiten a la vez con todas sus ganas un grupo de cincuenta personas como si fueran hooligans. Después de estas canciones cambiamos a otros clásicos hasta que paramos en un área de descanso (menos mal) y a partir de ahí preferimos quitar la música y darles un descanso a nuestros ya sangrantes tímpanos.

Cuando por fin llegamos al hotel eran las diez y cuarto de la noche. Entramos gritando al hotel y nos fuimos a repartirnos las habitaciones. A y media bajamos a cenar (¡vaya espectáculo!) y después a montarla. Como no podíamos salir del hotel, pues dentro de las habitaciones. Algún cliente se quejó, pero como no sabía hablar español pues ni caso. Estuvo muy bien la noche. Solo pude verle un pero, y es que nos acostamos sobre las seis y a las siete y media nos levantaron. Pero bueno, ¿para qué están los autocares si no es para dormir? Bueno yo me voy yendo ya. Hasta mañana.

viernes, 28 de agosto de 2009

Capítulo 65

La que se ha armado es buena. Aún tengo el miedo metido en el cuerpo. No termino de relajarme. Os cuento la versión resumida porque en el fondo el horóscopo os contó todo.

Ayer cuando estábamos Miguel Ángel y yo en clase sonó la megafonía. Nos llamaron a los dos al despacho del director.

- ¡Lo sabe!- pensé.

Ángel intentó relajarme antes de entrar allí. Por si pasaba algo teníamos paneada una cosa. Él le entretendría un pequeño momento y yo me encargaría de encender la megafonía. Si pasaba algo en aquel despacho lo sabría todo el instituto, y si nos pasaba algo a alguno de los dos vendrían a ayudarnos. No había nada que temer.

Entramos al despacho sin ni siquiera llamar antes. Hicimos lo que teníamos pensado. Él se dirigió hacia la ventana de su despacho y cuando se levantó para que se sentase yo apreté el botón que hay al pie del micrófono que tiene colocado en su mesa. Nos preguntó por qué no habíamos confesado si sabíamos que tenían grabado el momento. Empecé a gritarle por qué había matado a aquel tipo. Nos miraba con absoluta confusión. Parecía no saber nada, pero yo estaba muy alterada. Intentaron calmarme durante unos minutos hasta que lo consiguieron. Al parecer no sabía de nadie que hubiera matado. Total, ¿qué iba a decir? Tras un rato hablando nos contó que no hay nadie enterrado en el patio. Por lo visto, antes de reabrirse el instituto hace veinte años (estuvo cerrado un curso por reformas) el centro tenía una mascota. Se trataba de un pequeño san bernardo (ya sé que lo de pequeño no pega mucho con la descripción, pero por lo visto era el más pequeño de la camada de la que le cogieron) que murió cuando se fue a reformar el centro. Tenía ya doce años y prácticamente desde que nació había estado en el instituto, así que decidieron enterrarlo en lo que antes era el jardín. Ahora ha coincidido con que lo han tapado y han construido sobre él un patio de baloncesto y por eso ya nadie se acordaba de aquello.

El alivio fue instantáneo, pero aún así estaba en alerta constante. Empezó a preguntarnos sobre las máquinas y le contamos lo que pasó. Al ver el video de nuevo comprobó que ninguno golpeamos ninguna máquina. Debían de habérselo inventado los de la obra para que el colegio pagara una máquina más.

Como podéis ver no había nada de lo que preocuparse. Ya lo sabía, no os penséis lo contrario, lo que pasa es que os veía tan asustados que me preocupasteis un poco, pero nada más. El horóscopo finalmente se cumplió a rajatabla. Sabemos algo que nadie sabía, hemos resuelto un misterio y ninguno de los dos olvidaremos lo que ha pasado en lo que nos queda de vida. A eso se refería la predicción con lo de ser el blanco de las miradas. Cuando salimos del despacho del director estaba medio instituto ahí mirándonos. ¡Nos habíamos dejado la megafonía encendida! ¡Qué vergüenza! Aún la gente se ríe de mis paranoias y de cómo gritaba en el despacho. Ya me hubiera gustado verles a ellos en la misma situación.

Bueno, ahora que he resuelto el misterio del asesinato del instituto creo que me merezco unas vacaciones. Esto quiere decir que la semana que viene… ¡Valencia! ¡Qué ganas! El lunes si puedo os informaré desde la playa. Adeo hasta la platja.

jueves, 27 de agosto de 2009

Capítulo 64

¡Ay! ¿Qué voy a hacer? Soy muy joven para morir. En menudo marrón me he metido. ¿Por qué seré tan patosa? Esto es demasiado para mí. Me supera con creces. No aguanto más.

Han vuelto a poner otro cartel en el tablón. Dicen que las cámaras de seguridad han grabado a los que estuvieron husmeando en las obras y golpearon una máquina. ¿Desde cuándo hay cámara de vigilancia en mi instituto? ¿Eso es legal? ¿Golpeé una máquina? No me apaño yo con esto. ¿Y si fue el director el que mato a alguien y lo enterró? ¿Y si ahora que sabe que lo sé me quiere matar? ¿Y si también mata a Miguel Ángel? Asustada es poco. No puedo temblar más sin destrozarme el cuerpo. A mí me da un yuyu, ¿eh? A mí me da un yuyu serio. Entre todos me están quitando años de vida. ¡Joder que estrés! ¿Qué hago yo ahora? A lo mejor lo de las cámaras es un farol, pero como no lo sea nos metemos en un lío muy gordo. Eso si no lo estamos ya. Si no vamos va a ser peor, pero si no tienen cámaras en realidad me libro de una buena. ¿Y si se cumple lo que decía el horóscopo? ¿Y si esa persona con la que uniría la situación especial se refería a Ángel? ¿Y si lo de “por siempre” se refería a que nos matarán? He mirado la fecha del horóscopo y pone que es válido hasta mañana. ¡Ay dios mío!

Habrá que probar el método descartes: esperar que no te pillen e intentar no cagarte. Mañana os cuento. Ciao.

miércoles, 26 de agosto de 2009

Capítulo 63

Un día más. Solo quedan veintitrés días (diecisiete lectivos y seis festivos) más para olvidarme de todo esto. Que a gusto me voy a quedar cuando acabe el curso, oye. ¿Os acordáis de lo que decía el horóscopo sobre que algo que nadie sabe sería descubierto? Pues parece que es verdad. Han colgado otro cartel de dirección en el tablón diciendo que saben que alguien estuvo fisgando en las obras y quieren que digan quienes han sido. Supongo que con callarse como una puta basta, pero estoy acojonada por si alguien nos vio. Todo puede ser. En el instituto aún quedaba gente. Repasemos: el conserje, los del comedor, las cocineras, las señoras de la limpieza, algún obrero despistado… Demasiada gente. A mí me va a dar un telele. Yo necesito un valium. Os dejo que necesito tranquilizarme de algún modo y de lo histérica que estoy a este paso rompo el portátil (que se me ha colgado tres veces ya esta tarde) tirándolo por la terraza y, teniendo en cuenta que vivo en un sexto, no creo que sobreviva a un golpe así. Mañana sigo contándoos que tal va la cosa. Venga adiós.

martes, 25 de agosto de 2009

Capítulo 62

¡Ay! ¡No sé que hacer! Han pasado ya cuatro días y todavía no me lo quito de la cabeza. No se lo hemos contado todavía a nadie. Él está todo el día encima de mí para que no me preocupe, pero yo estoy cagadita de miedo. Es que pensad como estaríais si encontrarais huesos enterrados bajo vuestro colegio. Si construyeron sobre ellos es porque no querían que lo encontraran. ¿Y si fue asesinado y alguien sabe que lo hemos descubierto? Hay muchas posibilidades y la duda me carcome por dentro.

A todo esto solo le encuentro una cosa positiva. Gracias al misterio estamos Miguel Ángel y yo más unidos que nunca. Pasamos todo el día pegados el uno al otro. Vale que en cierto modo es porque yo estoy muy asustada y que puede que este no sea el mejor motivo para que estemos juntos, pero al menos es uno.

Y si ya estaba yo asustada de por sí con lo de los huesos, imaginaos como estoy ahora mismo después de ver mi horóscopo. No es que crea en estas cosas. Al revés, yo soy muy escéptica para lo paranormal y yo, si no lo veo no lo creo. Pero es que si te pasa esto y encima lees:

“Un gran misterio llegará a tu vida. Algo que nadie sabe será descubierto. Serás el blanco de todas las miradas. Una situación especial te unirá para siempre con cierta persona.”

Vamos, que no me tranquiliza mucho. Solo espero que eso que nadie sabe no sea lo de los huesos y no se descubra por mi culpa, porque es lo que me faltaba para terminar de darle vueltas a la almendra toda la noche.

lunes, 24 de agosto de 2009

Capítulo 61

Esta si tenéis ganas de que sea lunes, ¿eh? Estaréis pensando que soy una puta por no contaros lo que pasó. Estáis en lo cierto, lo soy. Pero ese no es el caso, así que supongo que mejor os empiezo a contar lo que pasó y así salimos de dudas.

Era una tarde verano cuando una terrible lluvia comenzó a caer incesantemente sobre nuestras cabezas. Aquella tormenta de verano fue estremecedora. El miedo recorría cada centímetro de mi ser. Bah, es demasiado cansar pensar para escribir. Resumo: ayer a la salida de clase, sobre las dos y media del mediodía, fui a hablar con Miguel Ángel sobre lo nuestro. Cuando decidimos quedar como amigos se había hecho tarde y ya no había nadie por allí. Cuando salimos hacia el patio tropecé y caí en un agujero que estaba en el suelo y me manché toda. Otro motivo para no volver a intentarlo con Ángel aquel día. El caso es que cuando me ayudaba a salir de ahí, me tropecé de nuevo (es que con la lluvia el pantalón se me caía y me lo pisé, algo que volvería a pasarme cuando iba a llegar a casa, tarde por cierto) y volví a caer. Me golpee la cabeza con algo. Pensé que sería alguna piedrecilla que hubiera ahí, pero no. El caso es que como antes había jardines (ahora tenemos un campo de baloncesto) debajo de las baldosas era todo tierra. Imaginaos las pintas que me llevaba toda mojada y manchada de tierra de la cabeza a los pies, parte de la cara incluida. Bueno, que revolví un poco la tierra para ver que es lo que era con lo que me había golpeado. Entonces lo encontré. ¡Había un hueso!

¡Qué fuerte tía! ¿Y si hay alguien enterrado allí? ¿Os imagináis que eso fuese antes un cementerio? Con razón da tan mal rollo ese sitio. O peor aún. ¿Os imagináis que mataron a alguien y le enterraron antes de tapar el suelo para que nadie lo encontrara? Hoy ya no duermo seguro. Estuve con Ángel el resto del día. Ni siquiera fui a comer a casa. Me cayó la del pulpo, pero no tenía la cabeza para pensar en ello en ese momento. Aún no sabemos que hacer, si contárselo a alguien u olvidarnos del tema. Yo voy a seguir pensando, aunque me agote. Ya os contaré. Adiós.

domingo, 23 de agosto de 2009

sábado, 22 de agosto de 2009

viernes, 21 de agosto de 2009

Capítulo 60

Viernes al fin. Aunque no parece que haya muchas ganas de fiesta, la verdad. En un abrir y cerrar de ojos ha comenzado a llover de una forma inusual en esta época del año, aunque como suelen decir las viejas, “hasta el cuarenta de mayo no te quites el sayo”, que no me preguntéis lo que es porque no tengo ni idea. -Vaya tontería que me ha dado con los refranes, ¿no?-.

Bueno os cuento. Como podéis imaginar lo de recoger los escombros como que no. ¿Con esta lluvia y cobrando por horas? Suerte tendremos si conseguimos tener despejado el patio para el 2016. Eso sí, hoy hemos tenido visita de la televisión. Los de los informativos han venido para cubrir la noticia del derrumbe de un instituto de la ciudad. Me he fijado y nunca sale mi colegio en la televisión o cualquier otro medio de comunicación para nada bueno. ¿No os lo dije? Salimos en una revista por lo de la huelga. Algún idiota hizo fotos con el móvil y las vendió a la revista. Al menos no se me veía en ellas que sino se me caía el pelo. O me lo arrancaban, eso todavía está por ver.

En otro orden de cosas, he hablado con Ángel de lo ocurrido. Me ha perdonado (menos mal), algo que yo no sé si hubiera podido hacer. Supongo que ha llegado el momento de contároslo. Cuando fue a besarme los nervios me jugaron una mala pasada y cuando se acercó un poco yo… le vomité encima. Doy asco, lo sé, no hace falta que me lo digáis. El caso es que de momento vamos a darnos un tiempo para olvidar lo ocurrido. Puede que sea una señal de que no debemos estar juntos. No estoy segura y espero que no sea así, pero por si acaso vamos a quedar como amigos un tiempo a ver que pasa.

Aquí viene lo más gordo de lo que ha pasado hoy, esta semana y en lo que llevamos de curso. Lo que ha pasado es… CONTINUARÁ. ¡Qué no mujer! ¡Es broma! Ay, no. Espera. Tengo que irme. Ya os lo cuento el lunes, pero os juro que merecerá la pena. Es algo muy fuerte. Hasta entonces.

jueves, 20 de agosto de 2009

Capítulo 59

Vaya, vaya. Parece que las obras van a durar un tiempo. Como ya imaginé, reconstruir el techo no será cosa de dos tardes. Han puesto un cartel de dirección en el tablón del vestíbulo diciendo que van a aplazar la obra hasta el verano, cuando no haya nadie por aquí. Mientras tanto se encargarán de limpiar los escombros y arreglar los desperfectos ocasionados, que esa es otra. Por lo visto, cuando el techo cayó tocó algún cable o algo y está todo el pabellón de secundaria hecho una mierda. Se va la luz constantemente y no llega el agua a los baños. Esto último lo entiendo, pero lo de la luz no. ¿Qué tendrá que ver una cosa con la otra? Desde cuando la luz va por debajo del instituto. Bueno mejor me callo que seguro que la cago. El caso es que van a abrir el suelo a ver que encuentran. Por esta razón estará cortado el acceso a los patios hasta la semana que viene. En realidad se podrá seguir pasando por ellos porque sino no se podría entrar en algunas clases, pero solo se podrá pasar por un lateral, por lo que habrá que recorrer todo el patio para ir a la clase de al lado. Si, es que son tan listos que por ahorrarse una valla hay una clase que no tiene un pasillo para la clase de al lado, sino que tienes que cruzar todo el patio. No sé si me explico. Imaginaos un cuadrado. Ahora poned dos puertas cerca en ese cuadrado. Pues bien ahora poned una fila de vallas pegadas a la pared (formando un pequeño pasillo en el que caben como mucho dos personas) que recorra el interior del cuadrado. Ahora quitad la valla que une esas dos clases y tendréis el resultado. Solo hay que visitar medio instituto antes de llegar a esa clase. ¿Verdad que es cómodo? Y lo peor de todo es que no hay ningún tío guapo.

Pensaréis que estoy salida, pero la verdad es que… lo estoy, lo reconozco, pero es que después de lo que pasó con Ángel, ¿qué queréis que haga? Decidido, mañana hablo con él. Mañana os cuento.

miércoles, 19 de agosto de 2009

Capítulo 58

Otro día más de clase y ahora encima con el calor se me hace más insoportable aún si cabe. Solo quedan dos semanas para irnos a Valencia y a penas un mes para que acabe el curso. ¿Entendéis ahora por qué necesito ya las vacaciones? Son demasiadas emociones juntas como para soportarlas de golpe. Encima hay que esperar para que lleguen tan ansiadas noticias. Si tuviera paciencia bueno, ¡pero no la tengo! En fin, empiezo a contaros la noticia del día.

La verdad es que llevamos una semana animada en lo poco que llevamos de ella. Entre la muerte de la abuela de Belén y de su desaparición oficial de Nancy (rubia tonta no se lo podrá quitar de encima por mucho que quiera) hemos estado ocupadas, cotilleando quiero decir. Por eso hoy no iba a ser menos, aunque esta ve la noticia no viene ligada a una cabellera platina como venía siendo habitual últimamente. En su lugar viene ligada a las piedras. No, no estoy fumando cosas raras. Lo que ocurre es que, como era de esperar, el instituto ha sucumbido a los estragos de la edad. Hace ya años que tiene sus arrugas, pero esta vez las grietas han ido a más. En el patio tenemos una pequeña zona cubierta con un tejado unido al pabellón de secundaria. Pues bien, digamos que el techo y el suelo ahora son uno. Así es, se ha desplomado el techo del instituto. Afortunadamente no había nadie por ahí en ese momento, más que nada por que se cayó por la noche, pero por desgracia no se ha caído en mi clase, así que he tenido que seguir dando clase. Aún no ha venido nadie a arreglarlo, aunque me parece a mí que van a tardar algo más de una tarde. Solo espero que haya algún obrero guapo. No penséis en ningún viejo que me da algo, ¿eh? Es que el año pasado vino un chaval cuando se estropeo un baño que… pff. ¡Cómo estaba! Tendría diecinueve años el chico. Ojalá venga de nuevo, aunque no tenga nada que ver la obra con la fontanería.

Bueno, pues eso ha sido todo por hoy, aunque podéis estar seguros de que mañana pasará algo nuevo. Estamos en racha y, como se suele decir no hay dos sin tres. Primero Belén, luego el techo… ¿qué será lo próximo?

martes, 18 de agosto de 2009

Capítulo 57

Bueno, pues ya es martes otra vez. La lista de los cuarenta anormales está caliente, caliente. Y es que tras una pequeña salida durante la semana pasada la entrada más fuerte es para… ¡Belén! Como lo oís, la rubia con menos neuronas del país ha vuelto con más fuerza que nunca y parece dispuesta a quedarse. Si ayer nos sorprendía con la repentina muerte de uno de sus familiares más cercanos, su abuela, hoy ha vuelta a sorprendernos por partida doble, y es que solo ella puede sorprendernos así. Ayer fue vista en compañía de un misterioso chico del que aún no conocemos más detalles que su altura (metro ochenta aprox.) y su color de pelo (castaño). Parece que a esta chica no le cuesta tanto recuperarse de los duros golpes de la vida, y es que nadie como ella puede servir mejor de ejemplo para el dicho popular: el muerto al hoyo y el vivo al bollo. Eso no es todo, puesto que hoy ha vuelto a recibir un nuevo porrazo. Fuentes anónimas aseguran haber oído como dejó de ser oficialmente la Nancy jefe. De hecho dejó de serlo. ¿Qué por qué renunció a tan codiciado puesto? Hay está lo más gordo de la noticia, y es que no las ha dejado, sino que la han dejado. Ya es una auténtica exiliada. Es que esta chica es un auténtico imán para la mala suerte. Veremos como se las arregla ahora que ya no goza de los privilegios de la popularidad, aunque por lo que se comenta estamos seguros de que no dejaremos de oír noticias suyas durante algún tiempo.

Desde radio-patio he informado yo. Todo noticias todos los días. Seguiré informando. Hasta mañana.

lunes, 17 de agosto de 2009

Capítulo 56

Semana nueva una vez más. Esta vez parece que no empezamos con buen pie. Por lo visto Belén no ha venido las tres primeras horas. No es que me hubiera fijado especialmente en eso, pero ha llamado bastante la atención. El por qué de que nos hayamos fijado especialmente en eso hoy no lo termino de comprender. Lo más normal es que un lunes a primera hora no venga, por lo de la resaca y todo eso. Será que tenemos un sexto sentido o algo por el estilo. Parece que no se había ido de fiesta precisamente. Según tengo entendido, el sábado murió su abuela, de ahí que haya venido solo a partir de la cuarta hora. El funeral fue por la mañana pronto y después de eso quiso venir a clase para olvidarse de todo lo que estaba pasando. La mañana por lo tanto ha sido un poco rara. Aunque me caiga mal, es obvio que algo así no se lo deseo a nadie, ni siquiera a Belén. Queríamos demostrarla que no estaba sola y darle el pésame y todo ese rollo, pero por otro lado no queríamos atosigarla y ponernos pesados. Vamos que no ha sido un lunes de fiesta precisamente.

domingo, 16 de agosto de 2009

sábado, 15 de agosto de 2009

viernes, 14 de agosto de 2009

Capítulo 55

Viernes de celebración. Así es, por fin tras la oscuridad vuelve la luz a mi vida. He tenido un día maravilloso en el que todo ha salido a pedir de boca. Comienzo.


Empezamos con el tema estrella de la semana que viene siendo la huelga. Algo me dice que el tema estrella se ha estrellado, porque hoy ha acabado. Tras cinco largas jornadas de intensa lucha, porque lo han sido aunque penséis que no, hemos conseguido lo que queríamos. El jefe de estudios ha venido a confirmarnos que los motivos de nuestros suspensos eran inexistentes y que todos tendremos la nota que hayamos sacado en el examen. Al principio intentaron que volviéramos a hacer el examen, pero cuando hicimos ademán de pintar pancartas y ponernos frente al colegio desistieron. Es lo que tienen los colegios privados, que si hay noticias de ellos en el telediario menos ganan (salvo cuando salen como el mejor en todo el país). Además el profesor de ciudadanía se ha disculpado formalmente en una carta que nos han dado para los padres de cada uno. Vamos, que nos hemos salido con la nuestra. Aunque si os soy sincera, yo había pensado que tardarían más en rendirse. Pero bueno, que le vamos a hacer. Ya no tendrá gracia el ir a clase, pero he conseguido un sobresaliente.


Y gracias a ese fin de huelga y sus resultados, no solo he conseguido que mis padres me levanten el castigo, sino que además me han pedido disculpas y me van a dejar ir a un viaje este verano con mis amigas. ¡Con todos los gastos pagados! Si es que cuando me pongo, me pongo.


También me he decidido a hablar de nuevo con Ángel. No tenía pensado hacerlo después de cierta cosa que ocurrió ayer, pero la alegría llenó mi ser y sin darme cuenta estaba frente a él. Que bonito pareado me ha salido. A lo que iba, que le dije si le apetecía salir de nuevo, pero esta vez sin nada de comida (ya lo entenderéis), solamente a la bolera, como planeamos en un principio. La cita será mañana, así que ando nerviosa de nuevo. No paro esta semana.


Bueno, pues eso ha sido todo por esta semana. Ya volveré el lunes para contaros todas las novedades. Pasad un buen fin de semana y disfrutad del calorcito que empieza a hacer.

jueves, 13 de agosto de 2009

Capítulo 54

Hola. ¿Qué tal todos? Espero que bien. Yo de momento ando un poco asustada. Bueno, no asustada pero sí avergonzada. Imaginaos por qué. Exacto, por la cita.


Antes de nada he de deciros que la huelga está cumpliendo con sus objetivos. Hemos conseguido que las clases de arriba se unan a nuestra petición, siendo así ya ciento cincuenta alumnos aproximadamente (siempre hay algún esquirol) los que hacen huelga en nuestro curso. Esa sería la versión oficial. La extraoficial contendría algún detalle más en esta información como la de que estas clases de nuestro pasillo empezaron a hacer huelga para perder tiempo (si mis cálculos no me fallan, con esto consiguen perder como mínimo media hora de clases al día, que ya es) y las del pasillo de arriba lo hacen por creerse guays y sobre todo por no ser los únicos que no la hacen (no se habla de otra cosa en el instituto, y no solo en nuestro curso, sino también en otros), pero mientras esa información no trascienda a personas que trabajen en el centro, ya sean profesores, directores, administrativos o limpiadores, no habrá ningún problema. Si se enteraran de eso, perderíamos fuerza ya que ellos no supondrían ningún problema y el verdadero número de alumnos en protesta no pasaría de treinta. Ahora parece que estamos consiguiendo algo. Ya hay varios profesores que están un poco mosqueados y han ido a quejarse al jede estudios y al director de secundaria. Si seguimos así seguro que en unos días nos dan lo que queremos. Calculo que para el miércoles no llegan. Por fin algo sale bien.


Y si una cosa sale bien otra ha de salir mal. Es la ley de la compensación de mi vida. La cita salió… no mal, lo siguiente. Íbamos a dar una vuelta para conocernos un poco mejor y todo ese rollo. Como podéis imaginar no era ni el mejor momento ni la mejor forma de hacerlo. Dos adolescentes vestidos a lo vagabundo (vagabundos bonísimos, todo hay que decirlo) intentado “aproximarnos”, no sé si me entendéis, por medio de Serrano que, para quien no lo sepa, es una de las calles más caras y pijas de la ciudad. Era como ser famoso por unas horas. Todo el mundo nos observaba. Además había ciertos momentos incómodos que preferiría no recordar. Yo soy graciosa. No entiendo por qué cuando estoy con él digo semejantes paridas. Y es que no doy pie con bola. Encima cuando me pregunta algo sobre mi pareja (si tengo, como me gustan los chicos y esas cosas) solo puedo articular sonidos incomprensibles. Eso sin contar con los silencios incómodos. Aunque casi fue lo mejor de la cita esos silencios, porque hubo alguna cosa que preferiría que no hubieran pasado aunque a cambio tuviera que quedarme calva. Vamos que no sé como enfrentarme ahora a él. ¿Qué hago cuando le vea?


Bueno yo me despido por hoy que esto ya comienza a ser más largo de lo habitual. Hasta mañana.

miércoles, 12 de agosto de 2009

Capítulo 53

Bien, bien, bien. Miércoles ya. La huelga continúa a día de hoy, pero de eso ya hablaré más adelante. Hay algo más importante que tengo que contaros que una huelga de estudiantes mal hecha. Ayer os dije que tenía que pedir hoy a Miguel Ángel una cita. Bueno, en realidad no se lo he pedido. Me acerqué a él para hablar del tema y cuando empecé a contarle los motivos por los que no pude ir a la cita del sábado me cortó al verse venir el resto de la conversación. Me dijo que él tampoco habría podido presentarse pero que yo me adelanté y que le gustaría volver a quedar conmigo o, mejor dicho, quedar conmigo, a secas, sin el “volver”, puesto que nuestro primer intento no surgió. Ya vuelvo a estar nerviosa, y no es para menos, ya que esta vez, como los dos estamos castigados, será el jueves, o lo que es lo mismo: ¡mañana! ¡Y yo con estos pelos! ¿Qué me pondré? No sé, me bloqueo cada vez que lo pienso. Vamos a aprovechar la tarde del jueves dando una vuelta. Él dirá que está en el gimnasio y yo estaré corriendo en el parque. Al fin y al cabo el deporte es salud y eso es necesario. No pueden castigarnos sin eso. Hasta aquí lo de la cita.


Vayamos ahora con el tema de la huelga. Cambios no ha habido si os soy sincera. Seguimos con nuestras reivindicaciones que comunicamos el lunes y aún no nos han hecho caso, pero puede que a partir de ahora empiecen a hacerlo. Ya no somos solo treinta personas las que hacemos huelga. En solidaridad con nosotros, las dos clases de nuestro curso que están en nuestro mismo pasillo (somos cinco clases en total, tres en mi pasillo y dos arriba) se han sumado a nuestra petición de rectificación del profesor de ciudadanía. Ahora ya somos más de cien personas en huelga (para ser más exactos ciento dos). Ahora nos queda convencer también a los de las clases de arriba a que se unan a nuestra huelga y ser entonces ciento cincuenta personas. A lo mejor de este modo conseguimos que nos aprueben.


Pues eso ha sido el día de hoy resumido en pocas palabras. No me enrollo más, no porque no quiera, sino porque tengo que pensar en qué ponerme para la cita con Ángel. Tendré que ir en chándal para que no me pilen, pero bajo la sudadera un top deportivo así mono y ajustadito va bien, ¿no?

martes, 11 de agosto de 2009

Capítulo 52

Bien chicos, la huelga ha comenzado. ¡Viva la revolución! Jeje, siempre me gustó esa frase, no sé por qué. Como iba diciendo, la huelga ha comenzado. Cuando llevábamos media hora de clase, daba igual la que fuera y con quien fuera, nos poníamos de pie y guardábamos cinco minutos de silencio. Así durante las seis clases que tenemos a lo largo de la mañana. Solo hubo una excepción en esto de la huelga: educación física. Sería un poco absurdo que guardáramos silencio y estuviéramos de pie en una clase en la que estamos de pie y callados porque al correr te entra flato sino. Como esto no se notaría hemos optado por realizar la acción contraria así que, ya que estamos toda la hora de pie, hacemos una sentada durante cinco minutos.

Las respuestas a este método de protesta no han tardado en llegar y han sido de lo más variopintas. Muchos profesores se han escandalizado y han salido corriendo a contárselo al director como un niño pequeño buscando a su mamá cuando se cae. Otros han intentado frenar nuestra pequeña y simbólica protesta con burdas amenazas que no llevaban a ningún lado. Algunos han intentado utilizar algo de psicología inversa y chantaje emocional haciéndonos sentir mal porque no todos los profesores tenían la culpa de lo que hiciera uno, y di algo de psicología porque no saben mucho y se notó (afortunadamente para nosotros) mucho. La reacción más graciosa fue la del de educación física (¡qué bien me cae el macizo!) que pasó un poco y mientras se puso a leer una revista y preguntarnos que pasó ayer en Ponte a prueba, un programa de radio que emiten de madrugada y que no pudo escuchar el día anterior. Nos lo pasamos bien en esa clase, para qué engañarnos.

Lo que viene siendo la huelga está saliendo mejor de lo que pensábamos. Ha sorprendido tanto a profesores como a alumnos. La mayoría de las otras clases no se había enterado ayer de la huelga que íbamos a hacer y somos ahora un poco la comidilla del instituto. Supongo que al menos así se enterará más gente y el director no dejará que esto se salga de madre porque, si te atreves a juntar una cerilla con un bidón de gasolina (sí, estoy leyendo Millenium) puede no gustarte el resultado, y eso es lo que podría pasar en un futuro no muy lejano.

Bueno yo dejo esto ya que mañana me espera un día muy largo ya que tengo que pedir disculpas a Ángel por no haber podido ir a la cita. Hasta mañana.

lunes, 10 de agosto de 2009

Capítulo 51

¡Hola a todos! Hoy estoy histérica. Más bien ansiosa diría yo. No me sienta bien el estar encerrada. Nunca estoy en casa mucho tiempo y necesito salir aunque sea para bajar la basura. ¡Necesito salir! Me siento como un perro encerrado en su jaula esperando a que lo saquen de paseo sus vagos dueños. Menos mal que hoy lunes al menos puedo ir al instituto. ¡Ay madre! Creo que eso que he dicho es fruto de una enfermedad muy grave. ¿Me estaré muriendo? Bueno, que os cuento lo que ha dado de sí el día que no tengo muchas ganas de estar frente a la pantalla mucho rato.

Los lunes no suelen ser un día muy animado, al menos durante las primeras horas del día, pero hoy ha sido diferente. A las ocho menos cinco, hora en que llegué a clase, ya estaba casi todo el mundo reunido en el aula para tratar el tema de la huelga. Pensaba que eso solo sería el calentón del momento, pero a la gente le pareció divertido (o por lo menos original) y algunos hasta habían preparado algunas ideas para compartir con el resto de la clase. Tras muchas vueltas que le dimos al tema (los cinco minutos que tuvimos antes de empezar la clase, claro está) quedamos en un simple acto simbólico de huelga. Cada día en cada clase, a la media hora del comienzo de esta (coincidiendo con la mitad de esa clase, puesto que damos clases de una hora cada una) nos pondremos de pie todos los alumnos y guardaremos cinco minutos de silencio. Nadie hablará, reirá o contestará a las preguntas de ningún profesor. Ese es el plan.

De momento hoy lo hemos dejado en una sesión informativa dirigida hacia todos los profesores, incluido el de ciudadanía, y al director. Éste último se lo ha tomado en broma. Pues no sabe lo que le espera. ¡Que se preparen!

domingo, 9 de agosto de 2009

sábado, 8 de agosto de 2009

Capítulo 50

Viernes al fin. Alegría y temor recorren mi cerebro. El fin de semana está aquí, aunque para mí no será demasiado bueno. Os cuento por qué.

Ayer decidí dar la carta a mis padres con lo del resultado del examen y la razón. Como era de esperar, mi padre se puso hecho una furia. Mi madre también, pero ella escuchó lo que pude alegar en mi defensa, ya que obviamente no reconocí que copié, y consiguió calmar a mi padre. Al principio no se lo creían, así que llamé a algunas y algunos de clase y les pedí que se pusieran al teléfono sus padres. Estos les contaron a los míos que también su hijo o hija había recibido la carta del profesor. No conseguiría quitarme el cero, pero sí que conseguí que me dejaran salir, aunque no este fin de semana. Hasta que se aclarasen las cosas estaba castigada. Podía haber sido peor, por lo que tendré que mirar el lado positivo. Ya quedaré con Ángel la semana que viene (si él vuelve a querer) u otro día ya más adelante.


Pero decidí resolver lo de la nota. Hoy he reunido a toda la clase antes de ir al recreo para que elijamos a un representante (es que el delegado fue elegido por joder y no hace mucho que digamos) para hablar con el director de lo que pasó. Así conseguiríamos que nos quitaran el cero y nos pusieran nuestro sobresaliente, y a ser posible una rectificación por escrito del lerdo que se atreve a llamarse a sí mismo profesor. Decidimos que fuese Ángel. ¡Si es que este chico vale pa’ tó’! Al cabo de quince minutos volvió. No tenía una bella y cálida sonrisa como suele tenerme acostumbrada, por lo que supuse lo que le había dicho el director. En efecto, no le había hecho caso. Poco a poco se fue enfadando más y más (gracias a la ayuda de otros, todo hay que decirlo), hasta que Miguel Ángel explotó y decidió que lo mejor es protestar. Desde el lunes ya saben los profesores lo que toca: ¡HUELGA!

Capítulo 49

Hola a todos y todas un día más. Perdonad si no me expreso con demasiada claridad hoy, pero es que no sé que hacer. Os lo cuento rápido que estoy muy rallada. Resulta que hoy nos han dado la nota del examen de ayer de ciudadanía. Ya os dije que pensaba que tenía un sobresaliente, pues toma cero. Eso sí es mala pata. La mayoría de la clase teníamos un sobresaliente y, como no es lo normal, han decidido suspendernos a todos porque dice que hemos tenido que copiar. ¡Pues claro que hemos copiado hijo mío! Yo me pregunto, ¿esto es legal? Quiero decir, él no nos ha pillado copiando a nadie. Entonces no debería poder ponernos un cero a todos, ¿no? Lo malo de esto no es el suspenso en sí, que también, sino el hecho de que haya sido por este motivo y encima sin pruebas. Bueno, eso, y que nos ha mandado a cada uno de los que hicimos el examen (hubo una persona que faltó para su suerte) una carta dirigida a nuestros padres afirmando, sin pruebas repito, que copiamos en un examen. Si no la llevamos mañana firmada por nuestros padres, o tutores legales en su defecto, nos ponen un parte de expulsión por incumplimiento de castigo, de orden directa de un profesor y por ocultar información a nuestros padres. Como lo oís, y esto es como los delitos, que aunque solo hagas una cosa te sacan quinientas. En otras palabras: o la firman mis padres o me echan durante una semana.

Para alegrar un poco el día, Ángel me ha pedido una cita. ¡Qué nervios! Quiere que vayamos a la bolera el sábado y comamos fuera. Vale que la bolera no es el sitio más romántico de la ciudad, pero con la comida podría arreglarlo (siempre y cuando no me lleve a un burger), claro está.

Ahí es donde reside mi preocupación. Se ha producido un conflicto de intereses (como dirían en la televisión) gracias a estas dos situaciones. Si entrego la carta no saldré el finde, pero sino la entrego me expulsarán una semana. Vale, sé que debería entregar la carta y olvidarme de la cita porque estamos jugando con fuego, pero tampoco me parece justo que me tenga que quedar sin salir el fin de semana (y seguramente unos cuantos más) y suspender solo porque a un inepto se le haya ido la almendra. ¿Qué hago?

Capítulo 48

Miércoles ya, ¡qué asco de día! En medio de la semana ahí, que tienes lejos el fin de semana próximo y ya has olvidado el pasado. ¡Qué sacrificada es mi vida! En fin, paso a contar un poco lo que ha sido mi día de hoy.

Como he dicho, ha sido un día muy sacrificado, pues hoy he tenido el examen de ciudadanía. Si esto ya de por sí es algo que pone a una nerviosa (porque hace media más que nada, que si no…), imaginaos como estaba si a esto le añadimos el hecho de que era sorpresa. Nos dijo que sería el viernes. Uno le escuchó hablar al de ciudadanía con el de educación física para cambiar el examen a su hora del jueves y, gracias a eso, estábamos más o menos preparados, pero es que al final nos lo ha puesto a primera hora de la mañana en lugar de después del recreo (que es cuando tenemos educación física). Cuando llegué a las ocho de la mañana y me tiro en la silla y le vi entrar por la puerta de clase casi echo hasta el tampax del susto. ¡Qué marrón! Menos mal que el chaval no es muy avispado tuve diversas fuentes para enterarme de todas las respuestas.

¿Sabéis?, creo que hoy ha sido el día de la unión. Por primera vez en nuestras vidas todos nos habíamos puesto de acuerdo en algo: ninguno habíamos estudiado para aquel examen. El muy inocente se pensó que iba a pillar a todos los que intentasen copiar fijándose solo en la última fila. ¡Iluso! Se olvidó de las filas de delante. Fue como un canon musical. Todos los componentes de la primera fila del aula sacaron uno tras otro, con una diferencia de a penas unos segundos, los libros de la asignatura, buscaron por las páginas y empezaron a copiar. Después solo había que esperar a que las respuestas llegasen a tu sitio tras recorrer las filas anteriores a ti. ¡Sobresaliente asegurado!

Lo mejor de todo fue la cara que puso el tío cuando se marchó de clase. Tenía una cara de cabrón, digo de satisfacción, que no podía con ella. Se pensaba que nos había pillado a todos. Pobrecito. Creo que empieza a darme pena y todo. Espera un momento que lo piense… no, creo que no. Sería una arcada al pensar en él.

En fin, no hay nada más que contar por hoy. Mañana seguiré contándoos. Adiós.

viernes, 7 de agosto de 2009

martes, 4 de agosto de 2009

Capítulo 47

Buenos días a todos. Os preguntaréis que me ha pasado hoy. Os lo voy a contar: nada. Nada de nada ha pasado hoy. Ni una mísera cosa. Hoy ha sido uno de los días más aburridos de mi vida. Parece que con la llegada del calor se le derriten las meninges a la gente y están más aburridos que nunca.

En el instituto han faltado muchas personas. Dos profesores no han venido a clase, cosa que está bien, pero también han faltado cinco personas. A ver, si fuese alguna barbie loca pues me alegraría, pero siendo Rubén, Daniela, Paula y Toni pues no, no me alegro tanto. Ya sé que Toni no va a mi instituto, pero prometió que se pasaría hoy a hacerme una visita. ¿Que quién es la quinta persona? Seré buena por esta vez y os lo diré. Es Miguel Ángel. Así es, mi ángel no ha venido a clase. Ya veis, una mañana de aburridas clases sin mis mejores amigos y sin el futuro padre de mis hijos (porque lo será, aunque él aún no lo sepa). Encima hemos tenido la última clase de ciudadanía antes del examen. Como es costumbre en esta clase, cada uno estaba a su bola. El profesor habla para las paredes. Mientras, los alumnos, sutilmente, pasamos de la clase para hablar, cotillear, jugar a un stop o a los barquitos o directamente sacamos las cartas y echamos un mus en las últimas filas. Lo sé, la discreción no es nuestro punto fuerte, pero es que este tío aburre hasta a las ovejas. Entre su tono de voz, su cadencia y la forma de expresarse que tiene os juro que se haría millonario vendiendo cintas para dormir. Eso fue todo lo que dio de sí la mañana.

Luego por la tarde me fui a correr un rato al parque. Creo que debería apuntarme a un gimnasio en condiciones y dejarme ya de ir al parque como los viejos. Cuando vine me di un baño largo de espuma. ¡Qué relax! Después de tanto deporte y de tanta naturaleza era hora de vivir en el siglo veintiuno. Encendí el portátil, puse unas canciones y una película a descargar y abrí el Messenger. Miré mi Tuenti y actualicé el Twitter. Más tarde cogí una tableta de chocolate Valor (placer adulto sí, pero yo soy muy mala y peco mucho, así que total, uno más no se nota) y comencé la ronda. Mis dedos se deslizaban sobre las teclas de móvil a una velocidad de vértigo, lo que me permitió enviar más de siete mensajes en tres escasos minutos. Todo un record. Tras eso llamé a Ángel. Él se merece algo más que un cutre mensaje. Por lo visto se había puesto malo y mañana tampoco vendrá a clase. Cree que es por algo que comió, porque su familia está igual. Será una gastroenteritis.

Lo mejor va a ser que me quede aquí comiéndome algún que otro pedazo de chocolate y descanse un rato, que vengo muerta. Hala, hasta otra.

lunes, 3 de agosto de 2009

Capítulo 46

Hola a todos una semana más. Espero que no se os haya hecho muy duro volver al día a día tras un relajado fin de semana. A mí, desde luego, no.

Vamos por partes, no es que no me haya costado levantarme. No es ninguna novedad que soy muy perezosa y hoy no ha sido la excepción, os lo puedo asegurar. Lo que pasa es que cuando una recibe buenas noticias se hace todo más a meno y te olvidas del cansancio. Como podéis suponer, hoy he recibido una muy buena noticia. No, no es lo que pensáis. No es que Ángel me haya pedido salir o quedar algún día, no (¡qué mas quisiera!). Aún así es una gran noticia. La dirección de mi instituto ha organizado un viaje a Valencia. Prácticamente es un viaje de fin de curso, con la ventaja de que lo hacemos antes de los exámenes, así que todos podremos ir suspendamos o no. Ese ha sido un detalle que nos ha llegado a todos los alumnos que vamos. La verdad es que esta vez se han portado.

El viaje es de una semana a Valencia en unos hoteles de cuatro estrellas con piscina, jardín y discoteca. Encima vamos con los mejores profesores con los que nos podía haber tocado: el de educación física y la de filosofía. Ambos pasan de todo y nos dejan ir a nuestra bola, así que vamos a ver la ciudad de las artes y las ciencias los dos primeros días y el resto a salir por ahí a conocer gente, a la playita a tomar el sol un rato, a la piscina a hacer el cabra un rato y molestar a los guiris y, por la noche, a la discoteca. Que es que encima como vamos de todo incluido nos vamos a poner ciegos a todo lo que podamos. Algunos se conformarán con blue tropic y cosas así, pero ya tenemos algunos contactos por allí de otros años que se ha hecho el viaje para tomar algo más que zumos y refrescos (es una suerte conocer a gente de cursos superiores, ¿eh?).

Ya hay ganas la verdad, pero todavía queda un mes. Sé que debería pensar en estudiar para el examen que tengo esta semana (el de ciudadanía) y los que vendrán tras el viaje (los que van en las notas de la evaluación), que con esto de que la nota ya cuenta para la selectividad hay que ponerse las pilas. Pero lo que no pueden hacer es intentar que estudiemos mientras nos ponen fotos de viajes de otros años y un calendario con una playa y la forma del oceanógrafo de fondo con una cuenta atrás de los días que quedan para ir allí.

En fin, que espero que hayáis tenido un lunes tan bueno como yo. Hasta mañana.