lunes, 27 de julio de 2009

Capítulo 41

Nueva semana, nuevos compañeros. Bueno, no son exactamente nuevos, pero con todo lo que ha pasado como si lo fueran. Mario y Paula vuelven al instituto por la puerta grande. Tras su escarceo amoroso, vuelven al lugar que vio nacer su amor. Ha quedado un poco cursi, pero no sabía como ponéroslo porque ni siquiera yo, que soy muy cotilla (no hay más que ver sobre qué estoy escribiendo aquí todos los días), sé que decir de ellos. Y no sé que decir porque tampoco hay mucho que decir. Ambos son imprevisibles y ni siquiera han podido aclarar su situación. Puede que solo haya sido un polvo, o puede que alguno quiero algo más con el otro. No han podido aclararse porque con lo que pasó no han podido pisar la calle, y por lo que intuyo aún les queda tiempo así, ni comunicarse con nadie porque han estado sin Internet y sin móvil.

Como no puedo deciros como va la cosa entre ellos os cuento como son cada uno. Paula es una choni (supongo que no hará falta explicar lo que significa) que se ha mudado desde un pueblo del extrarradio al centro de la ciudad. Parecida a la Yoli de Física o Química, pero sin ser tan exagerada. Y con más mala leche, que ya se me olvidaba. Por otro lado está Mario. Es un chico de altura media (1,70 apróx.) moreno y cachas. Está bueno el chavalín la verdad, pero de vez en cuando aflora por su boquita una vena prepotente y machista que no me gusta nada. Supongo que estará con Paula porque la debe gustar que la den caña, porque sino no lo entiendo.

¡Huy! Me ha legado un mensaje al móvil. Yo os dejo que esto parece ser importante y hay que escribir y mandar muchos mensajes. Mañana os cuento. Por cierto, he puesto un pequeño reproductor de música por aquí (es que no puedo dejar de escuchar algunas canciones) con las canciones que más me gustan. Espero que a vosotros/as también. Bueno lo dicho, hasta mañana.

No hay comentarios:

Publicar un comentario