martes, 7 de julio de 2009

Capítulo 27

Por fin he conseguido poder hablar con Rubén. El chico hizo un amago de volver al instituto tras dos días sin aparecer por él, pero al final no ha venido, o puede que sí. Es que creo que si que vino, pero escuchó alguno de los múltiples (y algunos ya famosos) comentarios que circulan por el barrio y hasta en Internet. No solo lo saben los de nuestro instituto, sino que también lo saben los de otros y, encima, gracias a algún graciosillo lo sabe todo el que se mete al tutudio de nuestro colegio.

El caso es que esta mañana salí un par de horas antes de clase para ver a Rubén y de paso aprovechar que no están sus padres en casa. Estaba fatal. No había salido de su cuarto en dos días y tenía toda la mesa llena de pañuelos (espero que estuvieran llenos de penas y no de alegrías, no sé si me entendéis) desperdigados por ahí. He conseguido que estuviera un poco mejor y, ahora que ya está más calmadito, le he convencido de que salgamos por ahí esta tarde a tomar algo.

Me alegro de que esté un poco mejor. Bueno yo me voy a la cama que estoy muy cansada. Hasta mañana.

No hay comentarios:

Publicar un comentario