Por fin he conseguido poder hablar con Rubén. El chico hizo un amago de volver al instituto tras dos días sin aparecer por él, pero al final no ha venido, o puede que sí. Es que creo que si que vino, pero escuchó alguno de los múltiples (y algunos ya famosos) comentarios que circulan por el barrio y hasta en Internet. No solo lo saben los de nuestro instituto, sino que también lo saben los de otros y, encima, gracias a algún graciosillo lo sabe todo el que se mete al tutudio de nuestro colegio.
El caso es que esta mañana salí un par de horas antes de clase para ver a Rubén y de paso aprovechar que no están sus padres en casa. Estaba fatal. No había salido de su cuarto en dos días y tenía toda la mesa llena de pañuelos (espero que estuvieran llenos de penas y no de alegrías, no sé si me entendéis) desperdigados por ahí. He conseguido que estuviera un poco mejor y, ahora que ya está más calmadito, le he convencido de que salgamos por ahí esta tarde a tomar algo.
Me alegro de que esté un poco mejor. Bueno yo me voy a la cama que estoy muy cansada. Hasta mañana.
El caso es que esta mañana salí un par de horas antes de clase para ver a Rubén y de paso aprovechar que no están sus padres en casa. Estaba fatal. No había salido de su cuarto en dos días y tenía toda la mesa llena de pañuelos (espero que estuvieran llenos de penas y no de alegrías, no sé si me entendéis) desperdigados por ahí. He conseguido que estuviera un poco mejor y, ahora que ya está más calmadito, le he convencido de que salgamos por ahí esta tarde a tomar algo.
Me alegro de que esté un poco mejor. Bueno yo me voy a la cama que estoy muy cansada. Hasta mañana.
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