Bien chicos, la huelga ha comenzado. ¡Viva la revolución! Jeje, siempre me gustó esa frase, no sé por qué. Como iba diciendo, la huelga ha comenzado. Cuando llevábamos media hora de clase, daba igual la que fuera y con quien fuera, nos poníamos de pie y guardábamos cinco minutos de silencio. Así durante las seis clases que tenemos a lo largo de la mañana. Solo hubo una excepción en esto de la huelga: educación física. Sería un poco absurdo que guardáramos silencio y estuviéramos de pie en una clase en la que estamos de pie y callados porque al correr te entra flato sino. Como esto no se notaría hemos optado por realizar la acción contraria así que, ya que estamos toda la hora de pie, hacemos una sentada durante cinco minutos.
Las respuestas a este método de protesta no han tardado en llegar y han sido de lo más variopintas. Muchos profesores se han escandalizado y han salido corriendo a contárselo al director como un niño pequeño buscando a su mamá cuando se cae. Otros han intentado frenar nuestra pequeña y simbólica protesta con burdas amenazas que no llevaban a ningún lado. Algunos han intentado utilizar algo de psicología inversa y chantaje emocional haciéndonos sentir mal porque no todos los profesores tenían la culpa de lo que hiciera uno, y di algo de psicología porque no saben mucho y se notó (afortunadamente para nosotros) mucho. La reacción más graciosa fue la del de educación física (¡qué bien me cae el macizo!) que pasó un poco y mientras se puso a leer una revista y preguntarnos que pasó ayer en Ponte a prueba, un programa de radio que emiten de madrugada y que no pudo escuchar el día anterior. Nos lo pasamos bien en esa clase, para qué engañarnos.
Lo que viene siendo la huelga está saliendo mejor de lo que pensábamos. Ha sorprendido tanto a profesores como a alumnos. La mayoría de las otras clases no se había enterado ayer de la huelga que íbamos a hacer y somos ahora un poco la comidilla del instituto. Supongo que al menos así se enterará más gente y el director no dejará que esto se salga de madre porque, si te atreves a juntar una cerilla con un bidón de gasolina (sí, estoy leyendo Millenium) puede no gustarte el resultado, y eso es lo que podría pasar en un futuro no muy lejano.
Bueno yo dejo esto ya que mañana me espera un día muy largo ya que tengo que pedir disculpas a Ángel por no haber podido ir a la cita. Hasta mañana.
Las respuestas a este método de protesta no han tardado en llegar y han sido de lo más variopintas. Muchos profesores se han escandalizado y han salido corriendo a contárselo al director como un niño pequeño buscando a su mamá cuando se cae. Otros han intentado frenar nuestra pequeña y simbólica protesta con burdas amenazas que no llevaban a ningún lado. Algunos han intentado utilizar algo de psicología inversa y chantaje emocional haciéndonos sentir mal porque no todos los profesores tenían la culpa de lo que hiciera uno, y di algo de psicología porque no saben mucho y se notó (afortunadamente para nosotros) mucho. La reacción más graciosa fue la del de educación física (¡qué bien me cae el macizo!) que pasó un poco y mientras se puso a leer una revista y preguntarnos que pasó ayer en Ponte a prueba, un programa de radio que emiten de madrugada y que no pudo escuchar el día anterior. Nos lo pasamos bien en esa clase, para qué engañarnos.
Lo que viene siendo la huelga está saliendo mejor de lo que pensábamos. Ha sorprendido tanto a profesores como a alumnos. La mayoría de las otras clases no se había enterado ayer de la huelga que íbamos a hacer y somos ahora un poco la comidilla del instituto. Supongo que al menos así se enterará más gente y el director no dejará que esto se salga de madre porque, si te atreves a juntar una cerilla con un bidón de gasolina (sí, estoy leyendo Millenium) puede no gustarte el resultado, y eso es lo que podría pasar en un futuro no muy lejano.
Bueno yo dejo esto ya que mañana me espera un día muy largo ya que tengo que pedir disculpas a Ángel por no haber podido ir a la cita. Hasta mañana.
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