Hola a todos y todas un día más. Perdonad si no me expreso con demasiada claridad hoy, pero es que no sé que hacer. Os lo cuento rápido que estoy muy rallada. Resulta que hoy nos han dado la nota del examen de ayer de ciudadanía. Ya os dije que pensaba que tenía un sobresaliente, pues toma cero. Eso sí es mala pata. La mayoría de la clase teníamos un sobresaliente y, como no es lo normal, han decidido suspendernos a todos porque dice que hemos tenido que copiar. ¡Pues claro que hemos copiado hijo mío! Yo me pregunto, ¿esto es legal? Quiero decir, él no nos ha pillado copiando a nadie. Entonces no debería poder ponernos un cero a todos, ¿no? Lo malo de esto no es el suspenso en sí, que también, sino el hecho de que haya sido por este motivo y encima sin pruebas. Bueno, eso, y que nos ha mandado a cada uno de los que hicimos el examen (hubo una persona que faltó para su suerte) una carta dirigida a nuestros padres afirmando, sin pruebas repito, que copiamos en un examen. Si no la llevamos mañana firmada por nuestros padres, o tutores legales en su defecto, nos ponen un parte de expulsión por incumplimiento de castigo, de orden directa de un profesor y por ocultar información a nuestros padres. Como lo oís, y esto es como los delitos, que aunque solo hagas una cosa te sacan quinientas. En otras palabras: o la firman mis padres o me echan durante una semana.
Para alegrar un poco el día, Ángel me ha pedido una cita. ¡Qué nervios! Quiere que vayamos a la bolera el sábado y comamos fuera. Vale que la bolera no es el sitio más romántico de la ciudad, pero con la comida podría arreglarlo (siempre y cuando no me lleve a un burger), claro está.
Ahí es donde reside mi preocupación. Se ha producido un conflicto de intereses (como dirían en la televisión) gracias a estas dos situaciones. Si entrego la carta no saldré el finde, pero sino la entrego me expulsarán una semana. Vale, sé que debería entregar la carta y olvidarme de la cita porque estamos jugando con fuego, pero tampoco me parece justo que me tenga que quedar sin salir el fin de semana (y seguramente unos cuantos más) y suspender solo porque a un inepto se le haya ido la almendra. ¿Qué hago?
Para alegrar un poco el día, Ángel me ha pedido una cita. ¡Qué nervios! Quiere que vayamos a la bolera el sábado y comamos fuera. Vale que la bolera no es el sitio más romántico de la ciudad, pero con la comida podría arreglarlo (siempre y cuando no me lleve a un burger), claro está.
Ahí es donde reside mi preocupación. Se ha producido un conflicto de intereses (como dirían en la televisión) gracias a estas dos situaciones. Si entrego la carta no saldré el finde, pero sino la entrego me expulsarán una semana. Vale, sé que debería entregar la carta y olvidarme de la cita porque estamos jugando con fuego, pero tampoco me parece justo que me tenga que quedar sin salir el fin de semana (y seguramente unos cuantos más) y suspender solo porque a un inepto se le haya ido la almendra. ¿Qué hago?
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