domingo, 20 de septiembre de 2009

Capítulo 79

Hola a todos un día más. Solo un día, un insignificante día. Es lo que me queda para acabar por fin el curso. Estoy ansiosa. Hasta he puesto en el móvil una cuenta atrás, no os digo más. Además estos días van a ser algo diferentes. Sobre todo porque hoy no escribo el resumen de lo que ha sido el día, sino de lo que es el día. Me explico. Ayer me compré el iPhone (bueno en realidad me lo compraron), y estoy escribiendo cada dos minutos lo que va pasando. Así que comienza el día.


Estoy llegando al instituto. Llego una hora tarde, pero supongo que a estas alturas del curso eso da igual. Con la tontería del nuevo cacharrito se me olvidó poner el despertador y mira lo que ha pasado. Bueno tampoco me he perdido gran cosa por lo visto. Aún hay gente que está por llegar, unos siete si no me olvido de nadie. Como veis no soy la única a quien le da igual los horarios cuando llegan las vacaciones. Lo malo de esto es que ya no vamos a dar clase, pero no podemos salir ni hacer nada. ¿Para que venimos entonces? Todos los años la misma pregunta y, todos los años, a misma respuesta: porque es nuestra obligación. Que le vamos a hacer si el riego no le funciona bien a los que mandan (y esta vez me refiero solo a los de mi instituto, no os imaginéis nada raro) hay que aguantarse. La espera será larga. Quedan cinco clases por delante y la lista con los nombres de lo que han suspendido no la pondrán hasta las dos. Para ello quedan más de cuatro horas.


Han pasado dos horas y comienzan a llegar los que faltaban, pero todavía queda alguien por venir, no sé quien. Estoy un poco espesa hoy, pero mientras pueda seguir así unos meses más no será mala noticia. La inquietud empieza a ser palpable. Vamos, que estamos como flanes. Es que nos han dicho que no va a haber exámenes de recuperación de junio más que los que ha habido. No sé los demás, pero como me quede la historia para septiembre me da algo. Lo digo en serio, ¡son cuatrocientas páginas! Prefiero no pensarlo porque me pongo mala.


Ya casi es la una y por fin estamos todos. Como no, tenía que ser Belén la que no había venido. Si hubiera estado como todos pronto nos hubieran dado la lista antes. Ahora habrá que esperar. Encima ya va de víctima. Su aparición estelar ha comenzado y su actuación no podía empezar de otra manera más que con un gran drama. Las lágrimas recorriendo su rostro ya parece más una costumbre que un hecho puntual (parece que imita a Estela Reynolds, la de La que se avecina). La única diferencia con el resto de las veces que ha repetido lo mismo es que esta vez tiene el rimel corrido. Pobrecilla, se le ha olvidado ponerse el resistente al agua. Si es que no la hemos dado tiempo a ensayar a la pobrecilla. Ains.


Creo que la he cagado. Acabo de enterarme de por qué ha entrado llorando Belén y parece que esta vez si era algo serio. No se trataba de que alguien hubiera llevado el mismo modelito que ella esta vez. Sus padres se divorcian y ella se muda a Barcelona con su padre. Ahora me siento mal. Soy una bocazas.


Por fin la lista de los horrores ha sido colgada en el tablón. Las cabezas se amontonan frente a la hoja. Comienzan a escucharse las primeras risas y los primeros llantos del día.

- No serán los últimos.-pensé.


Busco mi nombre en la lista. Resultados… ¡PROMOCIONA! Todo aprobado. Soy una máquina. Y encima estoy buenísima. Vale, puede que se me haya subido un poco a la cabeza, pero es que este es mi momento. A saber cuando volveré a ver un resultado como ese.


Pues ya ha acabado la dura jornada de trabajo. Mañana habrá que venir para que nos den las notas. Para los que tengan alguna suspensa (la mayoría) será una larga espera. Junto a las notas les pondrá si les han quedado cosas que recuperar o si va a tener que repetir (suelen ponerlo cuando tienes más de seis para septiembre, aunque se han dado casos en los que han aprobado las suficientes como para pasar, el más sorprendente con nueve) seguramente. Por desgracia Dani y Cris están en esta situación. Esto significa que aparte de tener que estar preparando la fiesta con los demás, tendré que estar aguantando los nervios de las dos. Veremos que ocurre, por que yo he quedado para celebrarlo ya con Miguel Ángel. Y hablando de eso me tengo que ir ya que sino llegaré tarde a la comida… y al postre. Hasta mañana.

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