jueves, 17 de septiembre de 2009

Capítulo 78

¡Buah! ¡Lo que tengo que contaros hoy! ¡Vais a flipar más que un peta! El día ya supondréis que me ha ido bien. Y no es para menos. Os comento.


Los exámenes ya los he acabado y puedo respirar tranquila. Al menos hasta mañana, que es cuando nos dicen las notas de los exámenes. Si suspendes ya sabes que te quedará esa para junio. De momento tengo unas horas antes de volver a comerme el coco y las uñas, que ya casi no tengo (y eso que no me las muerdo demasiado).


Lo mejor del día no ha sido el fin de los exámenes, que también ha sido una gran noticia, sino la sorpresa que me iba a dar Miguel Ángel. ¿Os acordáis que os lo comenté ayer? Pues ha sido algo... de película. Nunca me lo hubiera imaginado, os lo juro. Me dejó una nota antes de la primera clase (que por cierto fue un examen) diciéndome que fuese al comedor a las once y diez. Nuestro recreo empieza a las once en punto, así que no sabía por qué había que esperar hasta y diez, pero hice lo que me dijo. Después del segundo examen, a tercera hora, fui al baño a ponerme un poco mona por si debía estar preparada para él y bajé a y diez al comedor. El comedor está en la planta baja del pabellón de primaria, y nuestras clases están en un quinto piso del pabellón de su derecha, así que casi no llego a tiempo, pero lo hice.


Cuando llegué fue algo mágico. Estaba él solo frente a una vela. No sabía muy bien que pretendía hacer con eso. Todas las luces estaban apagadas. Solo podía verle la cara gracias a la luz de la vela. No tenía un aire romántico, más bien siniestro. Pensé que iba a pedirme que nos suicidásemos juntos a lo Romeo y Julieta o algo así. Sonrió. Me acerqué extrañada. Empezó a decirme que sentía tener que llevar lo nuestro en secreto (es guapo y popular, imaginad lo que serían capaz de hacer algunas rubias locas por fastidiar y llevarse al guapo de turno) y que no haría falta que lo hiciéramos más. De repente se encendieron las luces. Todos nuestros conocidos estaban ahí. Solamente dijo una cosa: te quiero. Tras ese pequeño grito me agarró y me besó. La gente empezó a silbar y de todo. Suena raro, lo sé, pero ha sido muy bonito, no sé explicar mejor ese momento. Simplemente… mágico

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A la salida todo el mundo estaba haciéndome gracias tontas. Pensé que sería peor, pero me encanta esta situación. Por una vez, no me ha importado siquiera el cruzarme con Belén por la calle. Aunque creo que ella no me vio a mí. Estaba otra vez frente a esa joyería en la que me la suelo encontrar. No sé que tendrá que mirar ahí con tantas ganas. Será que su ego le impide imaginar otro lugar para esas joyas que su cuerpo. Pero mejor dejo de hablar de ella que hoy nada me va a estropear el día. Esto es genial. Si tuviera que escoger una canción para describir mis sentimientos sería “Barbie girl”, a pesar de la letra. Con esto me despido hasta mañana. Ciao.

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